Lo bueno y lo malo de prestar y pedir prestado
Publicado el 05/05/16
En algún momento de nuestras vidas nos hemos encontrado en una situación en donde es necesario prestar o pedir prestado dinero. Ambos tienen sus beneficios y sus desventajas, ya que dependen de muchas variables.
Cuando hablamos de asuntos financieros, la balanza puede cambiar de un momento a otro. Así que pueda que un día te encuentres en una posición en donde tengas que pedir dinero y más adelante seas el que preste. Por eso no se debe juzgar en ninguno de los casos a la otra persona.
Lo que realmente importa es poder prestar y pedir prestado de una forma sana sin salir perjudicado de ninguna forma o no hacerlo del todo. Hoy te presentamos algunas de las ventajas y desventajas para realizar estas transacciones monetarias sin morir en el intento.
Si pides, lo bueno es que recibirás el dinero que necesitas para cubrir el gasto que tienes. Dependiendo de quién es el prestamista, ya sea una entidad financiera, un amigo o un familiar, las reglas y formas de pago varían, así mismo como el interés. Así que los términos de pagos pueden ser a tu conveniencia.
Al mantenerte responsable con los pagos haces que tu historial de crédito se vea muy bien y puedes crear buenas referencias bancarias que tal vez necesites en el futuro.
Si pides, lo malo es que de no cumplir con dichos términos, puedes llegar a endeudarte debido a los intereses, o a perder una amistad o relación familiar a causa de la deuda. Si te atrasas seguramente tendrás a alguien cobrándote y el estrés podría aparecer. También pueda que te pidan muchos requisitos y te investiguen todo o que te pidan alguna garantía.
Analiza bien tus opciones, fíjate en las tasas de interés, plazos de pago, etc. Y escoge el que mejor te quede. Recuerda que tú eres el que está pidiendo así que tú decides si tomar el dinero o no. Y asegúrate de que la razón por la cual pides el dinero sea buena.
Si prestas, lo bueno es que puedes incrementar tus ingresos pasivos al cobrar interés por el dinero prestado. También ayudas a otros a salir de apuros al prestarles el dinero que necesitan. Un ingreso extra no cae nada mal, y también podría ayudarte a cumplir otras metas.
Tú tienes el control de los métodos de pago, fechas y cantidad de dinero que prestas. Toda la experiencia te ayuda a manejar de mejor forma tus finanzas. Crea un plan de cobros en donde la persona te pueda transferir de forma fácil el dinero que te debe. Organiza tus datos para que tengas constancia de todas las transacciones.
Si prestas, lo malo es que corres el riesgo de que no te paguen. Lo recomendable es que ambas partes firmen algún tipo de pagaré y que el mismo sea notariado o puedes llevarlo al registro público. El punto es que quede una constancia legitima de la transacción, de esta forma tienes algo que te respalda.
Debes hacer una investigación minuciosa de a quien le prestas. De ser una institución bancaria investiga en qué exactamente se estará utilizando el dinero. Otro punto es que puede deteriorar amistades y relaciones familiares ya que te ves en una situación en la que debes, en muchos casos, exigir que te paguen.
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